UNA SOLA MENTE DE ACUERDO A UN CURSO DE MILAGROS

Una Sola Mente se refiere a esa mente universal que compartimos, a la que Un curso de milagros se refiere como la Mente de Dios o la Mente Divina. Es esa mente colectiva que incluye a todos los seres y a todo lo que existe en el universo. Aunque experimentamos la separación en el mundo físico, en realidad todos estamos conectados a través de la mente universal que nos contiene a todos. La verdadera realidad es la unidad y la interconexión de todas las cosas a través de Una Sola Mente.

El objetivo de Un curso de milagros es ayudarnos a deshacer la ilusión de la separación y la individualidad, recordando nuestra verdadera naturaleza como seres conectados a través de la Una Sola Mente; esto se logra con la práctica del perdón, que nos ayuda a disolver la creencia de que estamos separados: patrones de pensamiento limitantes, resentimientos y todo aquello que nos impide experimentar la unidad con todos y todas las cosas. Esto puede ser difícil de comprender al principio, ya que estamos acostumbrados a pensar en términos de separación e individualidad.

Una analogía para ayudar a comprenderlo es pensar en Una Sola Mente como un océano y los seres individuales como olas. Cada ola parece ser única e individual, pero en realidad está formada por el mismo océano. Otra analogía puede ser pensar en Una Sola Mente como el internet, donde la información a la que se accede parece alojarse en un dispositivo independiente, pero en realidad todos están conectados y comparten información a través de la misma fuente. Así mismo, cada ser humano parece ser un individuo separado, pero en realidad estamos conectados y compartimos información a través de esa Mente que compartimos.

La práctica del perdón, como la plantea Un curso de milagros, nos lleva a experimentarnos como Una Sola Mente, al vivenciar que cualquier agravio o resentimiento que percibimos está en esa mente compartida, así que inundarla de Paz nos beneficia a todos por igual. En realidad no perdonamos a nadie afuera, sino a nosotros mismos, debido a que todo aparente ataque u ofensa que creemos recibir de otro, es una proyección o percepción equivocada proveniente de creernos mentes separadas que se atacan y defienden entre sí. Sin embargo, si recordamos que todos estamos conectados a través de Una Sola Mente, podemos ver que el comportamiento de la otra persona no es un ataque personal, sino una expresión de culpa o miedo provenientes de sentirnos separados. Al comprender que hemos sido víctimas de nuestros propios juicios -el error de creer que somos personajes separados- nos podemos poner en el lugar del otro para verlo desde la compasión, liberándonos del resentimiento y la ira para bien de ambos. De hecho, cada vez que elegimos ir más allá de las quejas o resentimientos, estamos contribuyendo a la felicidad de todos, pues nuestra mente compartida está más sana.

Al recordar nuestra verdadera naturaleza como seres conectados a una sola fuente, que compartimos Una Sola Mente, podemos experimentar paz, amor, unión, libertad, dicha y compasión con todo, puesto que todo es un reflejo de nuestra propia mente y hace parte por lo tanto de nosotros mismos.

Autor: Adiela Agudelo y Ana Madrigal.